Del río el agua
cae en cascada,
se precipita
desde la cima.
Gotas salpican
el aire que admira
con su dulce brisa
esa fuente de vida.
Las aves atraviesan
la tarde amarilla
antes de la fría noche
de silencio y neblina.
Son esquirlas,
luciérnagas húmedas
las estrellas silentes
que se avecinan.
El susurro constante
en la oscuridad recita
los poemas navegantes
de corrientes marinas.
Así nace el nuevo día
con la pureza digna
que se merece el mundo
pletórico de vida.
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