ahí donde vives,
ese lugar distante,
ese espacio errante
donde no llega nadie.
Entre hojas amarillas
de un otoño misterioso,
en cada palabra dormida
de viejos libros anónimos,
historias de amores rotos.
Casi puedo dibujarte
en la arena que sólo sabe
de pasos perdidos, errantes,
hasta que el mar muy frio
del olvido su marea trae.
Me iré así contigo
por la tangente variable
de un tiempo sin lógica;
ni pasado, ni presente
han podido dañarme.
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