Estás ahí,
del otro lado de la brana,
de la la misma barrera
de la conciencia humana.
En sueños nos vemos,
tenemos esa vida deseada,
todo lo que pensamos juntos
en ese lugar se consagra.
No hay dolores ni traumas,
no derramaste una lágrima,
nunca cometí esos errores
que te desgarran el alma.
La rutina es hermosa
cuales las mismas rosas
de ese jardín que admiras
todas aquellas mañanas.
Por eso duermo ahora,
en ese estado de conciencia,
ser cuántico al fin me lleva
al paraíso que anhelas.
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