Me siento bien,
puedo seguir camino;
aún queda mucho,
me lo debe el destino.
Las horas persigo
en el cielo infinito
del universo cósmico
de lo material y efímero.
Cada día que pasa
recorro con esperanza
los espacios temporales
de esta vida nostálgica.
Escribiendo poemas
que se van como palomas
en vuelos errantes
de sus propias palabras.
Hacen nidos mágicos
en los pensamientos ajenos,
vuelven sus pequeños tesoros
con significados nuevos.
Con eso me sorprendo
de que acaso el significado
de lo escrito esté vivo
y varíe en quien pueda leerlos.
Por eso digo que nunca
se termina la simple senda
de quien redacta textos,
de quien se siente poeta.
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