Ayer estaba
de un lado del espejo,
hoy parece que, al contrario,
soy apenas una imagen
un holograma sin tiempo.
Una sombra sin alma
que divaga pensamientos,
dibuja con sus manos
otros extraños universos
donde todo es eterno.
Pues todo se encamina
a un final en algún momento,
esa flecha directa hacia el caos
disparada por un extraño evento
de átomos en peculiar dialecto.
No siento peso alguno
en las palabras que proyecto
en las pantallas luminosas
de este maravilloso cielo
de luces y colores inciertos.
Por eso se elevan
se van muy alto, muy lejos,
a espacios donde no puedo
llegar acaso si fuera, lo soy,
una especie de espectro.
No me verás nunca,
no sabrás si vivo o muero,
pero al menos pueda regalarte
donde sea que estés, existas,
donde sea que llegue esto.
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