Camino despacio,
con sol sobre mis hombros,.
hacia un horizonte lejano
que no temo pero desconozco.
Firme hacía la noche
con sus estrellas cuales promesas
de esperanzas muy pequeñas
marcas del destino para creerlas.
Incierta es toda la ciencia
que determina estas sendas
que sigo acaso estoicamente
esperando la suerte artera.
Con mi pequeña libreta
donde anoto todo lo dicho
por las flores pasajeras
de mis estaciones inciertas.
Al final del largo camino
quizás también tenga ese libro
que todos siempre escribimos,
es la historia nuestra.
La aventura de estar vivos
viendo el sol en cada puesta:
la luna crecer e irse muda
en profundas noches eternas.
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