El verano llega,
esta vez antes que la primavera,
me sorprende abrigado de recuerdos,
de un ayer que se hace pesado.
Debo aprender a soltar cosas
si quiero caminar liviano,
debo tener en la memoria
sólo lo necesario.
Para no morir varado en el desierto
de las tormentas que arrecian con su fuego
todos mis antiguos pensamientos, aquellos
donde compartíamos el tiempo.
El invierno nos tuvo unidos,
abrazados ante el terrible frío,
parados ante el viento sur, peregrino
del continente helado como un signo.
Pero ahora hace calor y las hojas
comienzan a reverdecer en los árboles
que ya no están más dormidos, acaso
sea que la vida me dicta que siga
que así debe ser el olvido.
jueves, 27 de agosto de 2009
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ESTO
Te molestas, te quedas callada, ignorando los destellos de mi rota alma. En un frío silencio cuales noches amargas de desolación que aplasta...
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No entiendo pero prefiero este encierro dentro mío, de mi cuerpo. En mi mente el pensamiento es siempre calmo si no me alejo de los recuerdo...
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Te molestas, te quedas callada, ignorando los destellos de mi rota alma. En un frío silencio cuales noches amargas de desolación que aplasta...
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El tiempo lo cura todo, tiene el poder del olvido: aprendemos a aceptar cada cosa como destino. Perdonamos al pasar los días y la mela...
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