Son sus cabellos
el destino que quizás
no tengan mis dedos.
Sus labios, acaso sueño,
no me brinden el beso
que mis labios esperan.
Ni su nombre pueda
decirlo en su presencia,
sólo distancia, ausencia.
Simplemente ilusiones
que el viento consigo lleva;
como las hojas secas
de una primavera muerta.
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