Al regresar encuentro la casa
como estaba temprano en la mañana;
nadie espera mi regreso, no hay besos,
ni palabras, nadie aquí me extraña.
La casa todavía sigue oscura,
en verdad nunca abro las ventanas;
el sol es un duende que afuera
juega con la gente que pasa.
La brisa del sur es la amenaza
sutil de traer consigo los fantasmas
de todos los recuerdos felices
que son parodias de cosas pasadas.
En la cocina no hay nada de comida
que endulce está nostalgia, apenas
pan rancio y unas frutas amargas
que como por no morir sin esperanzas.
Me voy a dormir la siesta cansado,
como voy cansado hasta el alma
después de tragarme los pensamientos
como un agua que bebo y ahoga
esta soledad que todo lo devasta.
2 comentarios:
uh tinchin..me senti re identifiicada, eso se vive cuando vives solo, sin ese compañero/a que te espera al abrir la puerta...
Me encantó!....hoy tocó a mi soledad cotidiana!
Uhh!! Disculpame, no quise tocar nada!! jeje
Lo escribí pensando en eso, el regreso a casa de quien están solos y les duele.
Un besote y gracias por pasar!
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