Quiero vivir la vida en vida
y no ser un muerto que camina,
un espectro que vive del pasado
como si fuera una carga que lo lastima.
Una sombra en la pared que nadie mira,
un espacio vacío donde hace falta una sonrisa;
una vida que no es vida porque no mira
al cielo y agradece cada nuevo día.
Como las flores agradecen con su armonía
la lluvia que de lo alto cae y baña sus pétalos
despidiendo así su dulce aroma en el aire
que para todos llega su fragancia como un velo.
El amor ha sido y siempre será muy bueno,
aunque a veces digamos que sufrimos
por su causa y en verdad no sabemos
que esos no son amores reales si no cuentos.
Historias leídas en novelas, en nuestra cabeza
como extraños pensamientos, pero es egoísta
en el fondo es todo una ilusión que queremos,
nada más que eso, algo vacío, sin sentimientos.
Por eso nos lastima, nos hiere, lo sabemos,
porque no es amor del alma el que llega
como el mar cuando crece la marea y nos rodea
como la noche con sus brazos de hadas y estrellas.
Por eso morimos mil veces cuando el pecho
se convierte en un abismo profundo de tristeza
que nos mata por dentro, al creer que amamos
y que ese amor nos duele cuando es todo incierto.
Quiero vivir la vida y tener el sueño
de encontrar el amor maravilloso que existe
en alguna parte de este enorme universo,
llegará solo, de la mano de lo más bello.
Será un regalo que exige poner el alma
y saber caminar al lado de quien nos quiera,
que no es cosa simple esta empresa de amar
y tener vida, como seres iluminados que somos
por un dios que sabe que lo merecemos.
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