Pensar que no quieres verme
sería en cierta manera bueno,
porque sentiría, al menos,
que me tienes presente.
Que evitas mi presencia
porque tu corazón siente,
y cuentas las horas, los meses,
evitando algo que duele.
Pero la realidad es más fría,
en verdad pasan los días
simplemente porque olvidas,
porque no te importa mi vida.
Vamos sumando así los meses
en una mera monotonía aburrida
donde ni siquiera te acuerdas
que alguien, tal vez, te quiera.
Porque no hay en definitiva,
nunca hubo sentimientos en tu alma
por quien escribe estas palabras
que mueren en la nada misma.
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