Respiro profundo
porque así te percibo,
como la brisa que da vida,
el viento que la termina.
Como el fuego que se agita
en el sol de cada nuevo día,
o el mar que no se doblega
en las costas infinitas.
Golpea, siempre golpea
las piedras muy duras y frías
con su espuma de lucha tenaz
que jamas claudica.
O la luna que siempre aparece
en todas las noches tranquila
como si fuera ella toda la paz
que el cielo necesita.
Eres sutil como un suspiro,
como una pluma suspendida
de mágicos hilos de seda
en el universo que palpita.
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