No eras paz,
ni silencio alguno,
ni esperanza dulce,
ni sueño eterno.
Tampoco aquello
que siempre se espera,
pero es así el destino,
suele sorprendernos.
Ahora, con el tiempo,
comprendo que eras
en mis días de invierno
el calor de mi cuerpo.
La sonrisa desmedida
que en mi cara tenía;
fui feliz y no lo supe,
tuve todo y lo perdía.
Fui mejor al resto
de los que fui luego,
quebrabas mi rutina
de vacío y encierro.
Dejabas encendida
la luz de los vientos;
esa primavera lejana
que todavía recuerdo.
viernes, 16 de octubre de 2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
ENCUENTRO
Existe un tiempo donde te olvido, donde perdido recorro caminos de encuentro. El destino puede ser bueno si mirar sabemos en los recuerdos d...
-
El tiempo lo cura todo, tiene el poder del olvido: aprendemos a aceptar cada cosa como destino. Perdonamos al pasar los días y la mela...
-
No me hablas, el silencio es la herramienta con la cual sutil manejas mis deseos de seguir mis días en la tierra. La nieve no llega en el fr...
No hay comentarios:
Publicar un comentario