NAUFRAGIO

Silencio,
noche calma,
es un universo
de ideas mi cama.

La brisa
del ventilador
mece las sábanas
como olas extrañas.

Naufraga
cada pensamiento;
dormido o despierto
creo que comprendo.

Veo el sol
desgarrar penumbras,
se cuela en mi ventana
con su luz nefasta.

Me levanto cansado
de todo lo que pasa;
la rutina esconde
todo en sus garras.

SIMPLEZA

Simpleza,
leves palabras
se deslizan
en mis poemas.

Como gotas
que caen despacio
por la ventana
de las apariencias.

Pues no es fácil
expresar una idea,
un concepto apenas
con pocas letras.

Al menos intento
realizar tal proeza,
remedo de poeta,
oficio que cuesta.

Para que pienses,
para que sientas,
congelar el tiempo
en una estrella.

Dejar en claro
que la noche eterna
es ese universo ancho
donde todo se espera.

Los sueños son eso,
unos leves destellos
en las duras tinieblas
de la inteligencia.

En las opacas eras
de este siglo vacío
escribir en versos
es una afrenta.

Salir a la calle
del aire que se eleva
cual gorrión libre
buscando existencia.

Nunca pude,
pero eso no interesa,
por eso nunca dejo
de escribir poemas.

Quizás tenga suerte
y encuentre algún día
la rima perfecta
de toda la belleza.

 

NADIE

Para mi alegría,
para mi sorpresa,
he descubierto un don
dado por naturaleza.

Un poder acaso,
cual degradado héroe
con la virtud extraña
de carecer de magia.

Soy todo invisible
pero no como el viento,
que mece las hojas
un mes de enero.

Ni una sombra
de esas perturbadoras;
más como una ausencia,
un olvido sin tiempo.

O una luna errante
en cielos muy lejanos
donde no llega el ojo
de ningún navegante.

Me permite silente
ver todo el universo,
las caras de la gente,
sus pensamientos.

Saber como nadie
cosas que nadie sabe;
absurda sabiduría
tirada en la calle.

ERAS

Hablo contigo
de cosas del pasado,
de remotos tiempos
casi olvidados.

Cuando todo era
posible al soñarlo,
una sonrisa pagaba
el futuro cercano.

No había limites
si lo imaginábamos,
más que el cielo mismo
nunca tan alto.

Eras esa luz exacta
en la oscuridad perenne,
la misma que me daba
fuerzas de repente.

Eras, siempre eras
y serás acaso siempre
ese fantasma lejano

de lo que no vuelve.

IDEA

Esta lluvia muestra
las caras verdaderas
de la gente en las calles,
de las casas muy viejas.

Los árboles duermen
su sueño de gorriones
en sus pequeños nidos
de pura simpleza.

Inocente una gota
se desliza suavemente
por los bordes infinitos
de mi ventana abierta.

Veo como cae
silente, sin estruendos,
con la dulce entrega
de una vida hecha.

Es una con todo,
con el agua que se aleja
hasta la caída profunda
como una idea.

SIN TREGUA

Escrito en el cielo
con letras secretas;
leerá ese mensaje
quien pueda.

No cualquiera,
no yo, nunca yo,
eso está vedado
en mi ceguera.

Es un misterio
ese cúmulo lejano
de puntos luminosos
llamados estrellas.

Un silencio infinito
se cierne profundo
sobre mi cabeza,
sobre mis ideas.

No poseo luz
en mis poemas,
un atisbo de otoño
siempre me acecha.

Me persigue
pertinaz, sin tregua,
el crudo invierno
que me rodea.

 

IDO

Te miro
como quien mira
un signo.

Imagen quebrada
de todo aquello
perdido.

Te hablo
en silencio,
sumergido.

Lejano siempre
como el tiempo
que se ha ido.

ALEGORÍA

En sueños,
ahí nos vemos,
en ese lugar
soy bueno.

En la alegoría
de todos los días
oigo esa melodía 
ya perdida.

Te miro fijo,
me miras,
sonrío feliz
hasta el día.

Despierto
a la realidad,
acaso la misma 
donde te perdía.

PARTE

No estoy
en ninguna parte,
ni en citas
ni en la calle.

O acaso,
por que no,
en los árboles,
en su sombra.

En la noche
que es toda
de sueños,
lunas rotas.

Tampoco
en esos poemas,
esas cartas viejas,
ese libro amarillo.

Ni en el trino
de los gorriones
en sus rústicos
nidos.

Así quisiste,
así lo has pedido,
así me evitaste
ser yo mismo.

LUCIÉRNAGAS

Vayamos a la luna,
siempre nos espera,
nos invita a su casa
entre las estrellas.

Usemos las ideas
con sus alas abiertas,
aves muy pequeñas
que nos elevan.

Subamos la escalera
de palabras caseras,
de breves poemas
mariposas etéreas.

Una nave extraña
hasta allá nos lleva 
sin escala alguna,
ninguna barrera.

Para así al menos
poder aunque sea
en la noche eterna 
ser luciérnagas.

SIGNO

Allá la luz,
esa del destino,
leve estrella
en el infinito.

Guía lejana
en el camino
que recorremos
cual peregrinos.

Metáfora extraña
de lo no dicho,
de esa esperanza
cual mítico signo.

MIRADA

Llamarás algún día
a mi puerta cerrada,
te veré por la ventana
con sorpresa y calma.

Iré despacio a verte,
a escucharte atento,
quizás te despeine,
si lo hay, el viento.

Una luna extraña
dará luz al alma;
sonreiremos antes
de unas lágrimas.

No habrá tiempo
de narrarnos todo,
sabrás de a poco
todo lo que pasa.

Sabré un poco
de tu vida lejana,
de tus viejos sueños,
ilusiones quebradas.

No habrá nada
más que la nostalgia,
más que la alegría
de tu mirada.

DESTELLO

Llegas,
eres luna
en noches
eternas.

Destello,
un rayo
que golpea
el silencio.

Un momento,
un pensamiento,
algo distinto
en mis sueños.