en ninguna parte,
ni en citas
ni en la calle.
O acaso,
por que no,
en los árboles,
en su sombra.
En la noche
que es toda
de sueños,
lunas rotas.
Tampoco
en esos poemas,
esas cartas viejas,
ese libro amarillo.
Ni en el trino
de los gorriones
en sus rústicos
nidos.
Así quisiste,
así lo has pedido,
así me evitaste
ser yo mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario