de cosas del pasado,
de remotos tiempos
casi olvidados.
Cuando todo era
posible al soñarlo,
una sonrisa pagaba
el futuro cercano.
No había limites
si lo imaginábamos,
más que el cielo mismo
nunca tan alto.
Eras esa luz exacta
en la oscuridad perenne,
la misma que me daba
fuerzas de repente.
Eras, siempre eras
y serás acaso siempre
ese fantasma lejano
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