Llamarás algún día
a mi puerta cerrada,
te veré por la ventana
con sorpresa y calma.
Iré despacio a verte,
a escucharte atento,
quizás te despeine,
si lo hay, el viento.
Una luna extraña
dará luz al alma;
sonreiremos antes
de unas lágrimas.
No habrá tiempo
de narrarnos todo,
sabrás de a poco
todo lo que pasa.
Sabré un poco
de tu vida lejana,
de tus viejos sueños,
ilusiones quebradas.
No habrá nada
más que la nostalgia,
más que la alegría
de tu mirada.
viernes, 4 de diciembre de 2015
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