siempre nos espera,
nos invita a su casa
entre las estrellas.
Usemos las ideas
con sus alas abiertas,
aves muy pequeñas
que nos elevan.
Subamos la escalera
de palabras caseras,
de breves poemas
mariposas etéreas.
Una nave extraña
hasta allá nos lleva
sin escala alguna,
ninguna barrera.
Para así al menos
poder aunque sea
en la noche eterna
ser luciérnagas.
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