Si esperas la hora
donde el misterio llega,
los espejos son puertas,
las sombras presencias.
Acaso puedas verme
ahí donde no quieras,
ahí donde no miras,
donde tanto niegas.
Donde has dejado
de lado una parte acaso
de esa vida que tanto,
pero tanto amamos.
Donde juntos soñamos
no ser nunca extraños,
sólo luces en el cielo
hermoso de ambos.
Pero me has dejado
a la nada aferrado,
a ese vacío cuyo hastío
es tu silencio amargo.
Te miro, siempre te miro,
nunca te dejo a un lado,
me persigno ante tus fotos
de luz en sus trazos.
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