lunes, 26 de septiembre de 2016

GEA

El agua golpea la roca
poco a poco la horada,
es una escultora lenta,
no se detiene ante nada.

Con el tiempo se observa 
lo que tenazmente buscaba,
aparece una nueva silueta
de piedra y agua tallada.

Una obra maestra
en una montaña muy alta,
para admiración de las aves
que por allá arriba pasan. 

Toda esa belleza escondida 
de todas las miradas humanas
significa que la tierra misma  
tiene vida y algo de magia.


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