El agua golpea la roca
poco a poco la horada,
es una escultora lenta,
no se detiene ante nada.
Con el tiempo se observa
lo que tenazmente buscaba,
aparece una nueva silueta
de piedra y agua tallada.
Una obra maestra
en una montaña muy alta,
para admiración de las aves
que por allá arriba pasan.
Toda esa belleza escondida
de todas las miradas humanas
significa que la tierra misma
tiene vida y algo de magia.
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