Puede la lluvia
traerte conmigo,
a esa época
donde fuimos niños.
Jugábamos descalzos
saltando charcos
en las calles vacías
de nuestro barrio.
Decía tu nombre
nunca despacio,
venías corriendo
siempre a mi lado.
Ahora veo de lejos
las calles anegadas
y se me llena el ama
de esa nostalgia.
miércoles, 28 de diciembre de 2016
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