No siempre se gana,
casi siempre se pierde,
es así la mera suerte
de quienes se atreven.
De quienes luchan
en la batalla cotidiana
de la simple metáfora
de la rutina diaria.
Tiene sus riesgos
salir a la calle ciegos
de lo que el futuro
incierto nos depara.
No tenemos armas
más que la certeza vana
de que regresaremos
pronto a casa.
Así transcurre todo,
así el tiempo pasa
hacía esa misma nada
nunca deseada.
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