Te veo difusa,
cuál fantasma lejano,
luna medio dormida
de cielo estrellado.
No sé si me miras,
expresión de desgano;
tu sonrisa la imagino
cual tesoro preciado.
Sueño acaso
qué me ves mejor
de lo que yo hago,
alas en tus manos.
Vuelan tus caricias,
leves aves peregrinas
qué rozan mis labios,
silentes, cerrados.
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