Queda el recuerdo,
la instancia borrosa
del ocaso lejano
similar a una rosa.
Ya no hay aromas,
ya no hay palabras,
sólo un silencio
que congela el alma.
Pero en lo profundo
del pensamiento
aún una imagen
de ella conservo.
Su voz, sus palabras,
su forma de querer,
de mirar, de soñar,
de ser, de estar viva.
Pero a veces dudo
si es un recuerdo
o sólo una ilusión
que tuve un día.
Ya no sé bien
si fue real o etérea,
sea lo que sea
ahora es eterna.
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