Sin glorias,
lugares especiales
entre las estrellas
siempre inefables.
Sin fama brillante,
ni admiradores;
soy del color ocre
que tiene esperarte.
Tiene nombre acaso
el cotidiano fracaso
de la rutina enorme
del mundo extraño.
Algo escrito opaco
en papeles amarillos
de libros perdidos,
relatos olvidados.
Sombra oscura
de esos fríos lugares
donde ya casi nadie
suele ahí ser parte.
Por eso si marcho
a nadie le importe
que deje el mediocre
mundo sin flores.
Sólo un segundo
y será todo silencio;
esa paz un sueño
cual dulce broche.
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