de luz en la ventana,
el sol ilumina manso
toda la silente casa.
Las cortinas abiertas
son como fantasmas
que bailan con la brisa
fresca de la mañana.
Una puerta se abre
quizás espera tu llegada,
tal vez esté tan ansiosa
como lo está mi alma.
Te busco con la mirada
en habitaciones blancas,
en cada espacio cerrado,
en cada foto guardada.
En cada presagio de vida
que el destino me traza;
soy un extraño peregrino
de causas olvidadas.
Un ser ya vencido
por las circunstancias
que no se da por vencido
aún en esta nada.
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