la mañana linda
donde el sol enorme
me regala una sonrisa,
las aves cantan todas
sus dulces melodías.
La brisa me acaricia,
me despeina un poco,
me lleva como loco
por caminos cada día
llenos de la dulce dicha
de tu única compañía.
Nada acalla los latidos
que en mi pecho palpitan,
el mundo es pequeño
y ya nunca más temo
pues te llevo dentro
de mi alma bendecida.
Eres la perfecta rima
en cada estrofa precisa,
un mecanismo exacto
de esos de relojería
donde todo encaja
a las mil maravillas.
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