No pasa nada,
sigue la rutina,
el reloj a la hora
de todos los días.
La misma camisa,
la misma sonrisa,
el mismo camino
sin pausa, ni prisa.
Pero quizás ahora
el sol sea mentira,
la noche una larga
sesión de pesadillas.
Todas las palabras
sólo una máscara
para esconder apenas
el silencio sin medida.
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