Cae la tarde,
despacio, sin prisa,
deja irse al sol,
no hay despedida.
Las aves trinan
sus viejas melodías,
entre las ramas secas
de árboles sin vida.
La noche llega
con su luna dividida,
su brisa trae ecos
de lejanas poesías.
No hay estrellas
pues las nubes disipan
cuales altos fantasmas
todo con su llovizna.
No duermo mucho,
me quedo de rodillas
orándole al viento
tu aroma todavía.
Flor delicada
sin ninguna espina,
te llevo conmigo
en cada sonrisa.
En cada instancia
de esas decisivas
pues se nace y muere
un poco cada día.
lunes, 2 de julio de 2018
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
ETERNO
Si no escribo, si nada digo siento que fracaso ante mí mismo. No por orgullo si no por el motivo de darle a la vida sentido en signos. Por u...
-
No creas en nada de lo que ves apenas, es por lo común la regla de que sean quimeras. Dibujadas ideas, albures en laberintos donde se pierde...
-
Eres parte mía de extrañas maneras; mi luna mi estrella, mis horas oscuras también te llevan. Camino sonriendo al saberte muy cerca de mis s...
No hay comentarios:
Publicar un comentario