No espero que leas
los poemas que bosquejo,
a decir verdad son malos,
son apenas un remedo.
Un suspiro silente
en la noche tan profunda,
una sombra que se desdibuja
en la distancia más absurda.
Una mirada borrosa
de paisajes que no visito,
un estado del tiempo breve,
una mueca, un gesto mínimo.
Pero aún así prosigo
este juego vano de poeta,
la esperanza es necia y ciega,
mi pregunta y respuesta.
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