Puedo esperar un milagro,
que el cielo se haga muy claro,
que la luna sonría en lo alto.
Que las aves vuelen cantando
esas melodías dulces de antaño
cuando estabas a mi lado.
Cuando el sol no era extraño,
esa rara luz que brilla y no miro
porque vivo ahora encerrado.
En las sombras muy frías
del pasado siempre tan amargo
como aquel verano pasado.
Aquella estación llena de vida
de la cual he guardado algo
para ser como una semilla.
Para renacer desde muy abajo,
como un retoño en primavera
cual esperanza en mis manos.
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