Fui feliz por un momento
al creer que tenía ilusiones,
como cuando era joven.
Como cuando soñaba con la vida
como un espacio donde se realizarían
todas mis ilusas fantasías..
El amor, futuro, una familia,
trabajo y hasta una casa con alegría,
con mis libros, con mi valía.
Pero nada de eso ahora tengo;
toda batalla ha sido perdida,
la edad me sorprende y nada poseo.
Ni siquiera las esperanzas vacías,
ni siquiera una dulce compañía,
ni que fuera un castigo, quien sabe
por que ignominia cometida.
Una mañana de diciembre
por un momento creí que se rompía
ese sello de amarga tristeza
con sus ojos, con su sonrisa.
Pero hoy pasa a mi lado y no me mira,
hoy camina y siguen sus pasos
una senda muy distinta a la mía;
será que su amor no merecía.
Será que existe un dios arriba
que duramente siempre dictamina
que nada de lo haga sea bueno,
que todo este mundo sea adverso.
Será que se dio cuenta a tiempo
que caigo sin remedio en un abismo
muy hondo y negro del universo;
ella es una estrella negada en mi cielo.
Ella es de una dimensión lejana
como lejanos son los sentimientos,
esa sensación de triunfo que no conozco,
ese espacio que no comprendo.
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