No importa nada,
ni la luna trasnochada,
ni el sol cada mañana.
Tampoco los ocasos,
las estrellas brillantes
diamantes en la distancia.
Los árboles muy altos
con sus ramas colmadas
de hojas y flores aromáticas.
Ni tus palabras, ni mis palabras,
todo el viento consigo arrastra,
lo que queda, lo que falta.
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