Si este es el
destino,
que conmigo a
los dados juega,
hace trampa,
pierdo siempre
en esta triste
ruleta.
Voy a jugar
aunque pierda,
aunque no tenga
posibilidades;
el tiempo
siempre es inefable
y algún día
dará respuestas.
La esperanza no
se pierde
aunque arrecie
la tormenta,
los ojos ciegos,
las manos vacías,
en la oscuridad
más violenta.
Uno camina hacia
adelante
quizás sólo
por inercia,
tal vez porque
valga la pena
seguir
recorriendo esta senda.
Quiero creer que
por algo,
por una mágica
razón buena,
todo se da de
esta manera
y no como yo quisiera.
Morir quizás
sin nada
pero sonriendo
en la lucha
temeraria y
silente de atreverme
a vivir como un
poeta.
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