A veces uno cae
en problemas que
no comprende;
luchar contra la
adversidad
es la premisa de
siempre.
Aunque en su
momento parezca
que nada bueno
nunca sucede,
después de toda
tormenta
es mejor el
cielo celeste.
Caminar en esta
vida
es cosa de
valientes,
manteniendo la
esperanza
como un faro
reluciente.
Al final de los
días
uno siembra lo
que merece,
todo va y todo
vuelve,
lo bueno
prevalece.
2 comentarios:
No te tenía como un poeta Tincho! jeje, muy buena la página y los poemas!
Un abrazo querido.
Escribo hace mucho tiempo ya.
Muchas gracias por pasar, leer y comentar jaja
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