Nunca estuviste
cerca,
ni cuando te
llamaba;
eres la luna
solitaria
luminosa pero
extraña.
Distante en un
cielo
al que no llegan
ni las aves,
gaviotas de mis
pensamientos
en su vuelo de
eternas alas.
Tu mirada es
profunda
como un abismo
muy oscuro
donde caen todas
mis palabras
una a una en la
nada.
Si te busco te
marchas
por tangentes
extrañas,
con argumentos
repetidos,
con excusas poco
claras.
Pero sigo y sigo
como un necio
este camino,
será que aún percibo
un atisbo de luz
en tu alma.
O será que me
permito
sufrir con tu
amor vacío;
acaso en el
fondo de todo,
tú y yo seamos
lo mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario