domingo, 23 de diciembre de 2012

DEL ALMA

El fuego no quema
los soles de tu mirada;
no puede la noche dejar
helada en el cielo la luna
que cae mansa en el agua.

No puede el tiempo acallar
las voz de los recuerdos
que cantan una y otra vez
todas esas cosas pasadas.

El universo tiene una extraña
oscura constancia hacia la nada,
hacía caminos sin retorno, opacos,
como farolas que se apagan.

Pero mi constancia no claudica
en esos días de lluvia amarga;
al contrario, siempre peleo
armado de mi pertinaz poesía
que es mi don del alma.

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