se esconden tras
finos modales,
sonrisa amable y
hasta un traje;
su dinero, su
vida "intachable"
Creen que más
que todos valen,
se sienten
poderosos, inmortales,
desde su muy
estúpida lógica
de crear un
mundo infame.
Pero yo soy el
peor de todos,
tengo el don de
ser poeta,
aunque reconozco
que todavía,
quizás nunca,
logre superarme.
Cuidado con mis
palabras
porque son como
certeras balas,
saetas venenosas
directas
al corazón y la
misma alma.
Soy quien no
conoce destino,
simplemente
escribo mis poemas,
simplemente así
vivo
en este mundo
que me rodea.
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