Te irás un día
de esos menos esperados,
cuando el sol queme tanto
que no quede nada a salvo,
ni las palabras, sentimientos,
presente y pasado.
Ni siquiera una estrella
en la noche más profunda,
ni una sola mariposa que vuele
en el espacio que me circunda
será una distracción difusa
para mi corazón quebrado.
Me quedaré como esperando
acaso algún extraño milagro,
con la absurda esperanza
de que descubrirás conmigo,
alguna vez, que es tu destino
estar siempre a mi lado.
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