Siempre encerrado
entre paredes oscuras;
no quiero ni sol,
tampoco lunas.
Ni siquiera las sonrisas
que siempre poco duran,
como el ocaso cotidiano
de una vida taciturna.
Será que el destino
de alguna manera se busca,
como el agua en el desierto
de una noche profunda.
miércoles, 4 de septiembre de 2013
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