Algo este día
pierde su magia;
en las calles frías
se esconde la vida.
Las ramas dormidas,
sin hojas, sin prisa,
dejan ver un cielo
plomizo que palpita.
Caen unas gotitas
desde muy arriba,
de ese gris opaco
donde todo termina.
Donde todo parece
la negación misma
del gran horizonte
infinito de la dicha.
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