El ocaso señala
el día que termina,
la noche llega tímida
oculta en la neblina.
Las estrellas despiertan
poco a poco ahí arriba,
como pequeños faros
que muy alto brillan.
La brisa juega sola
con las ramas dormidas,
cae alguna pobre hoja
a la tierra que palpita.
Camino en ese paisaje
como mágico que recita,
en su silencio profundo,
tu nombre en mi vida.
viernes, 14 de febrero de 2014
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