ni me miras de reojo,
para que gastar enojos
oscuros que nada hacen.
Para que seguir adelante
como si fuera un tonto
soñador que no se percata
que tu corazón no late.
Para que seguir marcando
la tarjeta de la rutina
en las fichas amarillas
del trabajo que es amarme,
Prefiero una despedida
de mi mismo de tu vida
a esta soledad compartida
que tanto mal nos hace.
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