al volar tan alto,
parecen buscarte.
Allá donde imagino
será acaso domingo
para quedarme.
Habitar el paisaje
precioso de tus ojos
los mismos de antes.
Esa mirada tibia
donde la dicha misma
estaba en todas partes.
En el mismo aire,
en tus manos amables,
tus palabras inefables.
Pero ahora sólo tengo
este terrible silencio
para no olvidarte.
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