Aquella semana
comencé a añorarte,
no por una esperanza,
siquiera una promesa.
Simplemente la espera
llegó a mí temprano
un lunes al descubrir
la soledad del pasado.
Guardé hondo silencio
para escuchar tus pasos;
la puerta sin ninguna llave,
ni trabas, ni candados.
Como si fuera una señal,
algo que hemos pactado,
sabrás donde poder entrar,
donde estaré esperando.
Para conocerte de una vez,
hacer realidad mis sueños,
poder sentirme completo
contigo sonriendo.
lunes, 24 de febrero de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
No creas en nada de lo que ves apenas, es por lo común la regla de que sean quimeras. Dibujadas ideas, albures en laberintos donde se pierde...
-
Eres parte mía de extrañas maneras; mi luna mi estrella, mis horas oscuras también te llevan. Camino sonriendo al saberte muy cerca de mis s...
-
No sé como ha pasado el tiempo; es breve el camino que tenemos. Las manos se cansan, la mirada se opaca al igual que la boca y el alma se ap...
No hay comentarios:
Publicar un comentario