Tranquila y positiva,
así debe ser la vida;
como la suave brisa
entre ramas dormidas
que no lastiman.
El agua que mansa
descansa en la orilla
del río calmo y tibio
iluminado por el sol
de sueños benditos.
La mirada constante
al horizonte lejano
donde lo esperado
siempre va llegando
si lo necesitamos.
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