Busco el frío
del viento en mi cara,
la noche siempre serena
donde puedan mis poemas
llega a ser palabras.
Los pensamientos se eleven
cuales pequeñas aves solitarias
hasta los cielos infinitos
de la inspiración más clara
que la misma luna pálida.
Tu mirada ahí arriba
en cada estrella dormida
será la razón de mi sonrisa
al mirar por la ventana
toda esa inmensa nada.
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