Volver atrás
a ese pasado perdido,
a ser de nuevo niño,
con esa inocencia
que se ha ido.
Soñar despierto
tan sólo imaginando
en mis pequeñas manos
un universo infinito
de soles anaranjados.
Pensar, sólo pensar,
en lo que realmente importa
sin perder el tiempo nunca
porque son las mariposas
efímeras en primavera.
Pero el invierno arrecia
en esta casa sin ventanas,
en este espacio donde el alma
no vuela, sólo descansa
sin esperar un mañana.
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