Hermoso día,
sol celeste, sin nubes,
algunas aves cantan
sus dulces melodías.
Las hierba despierta
de su invernal letargo,
se apura cada tallo
en florecer despacio.
Los niños juegan
en su mundo de luces,
son soles de alegría
en las calles vacías.
El aire limpio, tibio,
hondamente se respira;
uno se llena así el alma
de dicha, paz y vida.
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