Espero estar
a la altura, digamos,
de las expectativas.
Temo al fracaso
en dar la medida
de tu sonrisa.
Para que sigas,
para que te quedes
en mi vida.
Pero soy como ves,
no tengo más nada
que mis días.
Más que estas manos
aferradas a unos papeles
con torpes poesías.
Nada más queda,
si acaso algo más tenía,
que seguir mi camino.
Transitar la senda
del destino buscando
que me sigas.
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